Ciertamente, desde que
existen productos que comercializar ha habido la necesidad de comunicar la
existencia de los mismos; sin embargo, el mundo publicitario puede parecer cada
vez más complejo, sobre todo por las nuevas tecnologías, las profundas
estrategias de segmentación en donde las marcas quieren cada vez llegar a
grupos objetivos más finos, en donde se combinan estilos de vida en un mundo en
donde cada vez existen mayor cantidad de formas de entretenimiento, variedad de
gustos y eliminación de barreras geográficas.
Cada día se hace más
importante entender al consumidor en 360º para poder impactarlo en forma
relevante; la disciplina publicitaria se
encuentra sometida a un proceso de cambios continuo, lo que significa que ha de
reinventarse para adaptarse a los nuevos tiempos, caracterizados, sobre todo,
por la nueva sociedad digital.
Es así que una buena campaña
publicitaria debe impulsar a los consumidores a comprar y a asegurar la demanda
del producto. Y es que al ejercer con
suficiente cuidado estas acciones tendientes a orientar bien las actividades de
Publicidad y Promoción, la empresa ve muy rentable la necesidad de asignar
suficiente presupuesto al apoyo publicitario que va a fortalecer las
actividades de ventas y la demanda continua del producto.
Lo cierto es que el hecho de
que una empresa se cobije a través de una cobertura periodística relevante,
conlleva a una relevancia en sus productos y marca, la probabilidad de que el
objeto o servicio anunciado, sea adquirido por el consumidor será mucho más
alta gracias a un buen anuncio.
Y es que precisamente uno de
los principales objetivos de la publicidad es crear demanda o modificar las
tendencias de demanda de un producto, bien o servicio. Todo esto porque la
comercialización busca identificar el mercado apropiado para cada producto, es
así como la publicidad es la comunicación por la cual la información sobre el
producto se transmite al público.
Los anuncios intentan
generalmente encontrar una “propuesta única de venta” de un producto y
comunicarla al usuario.
Y es que frente a la
competencia creciente dentro del mercado, cada vez se produce más creación de
marca en publicidad.
La publicidad no siempre
utilizó estereotipos sociales para comunicar mensajes. Su propósito en la Era
Industrial era vender productos y promocionar servicios. Desde mediados de los
80 esa visión ha cambiado y la publicidad estimula el amor por las marcas, y
crea nuevos estilos de vida.
Partiendo de ahí, es cuando
se realiza el proceso para que esa marca
en publicidad comunique las cualidades que dan personalidad o reputación a ese
distintivo de fábrica, es decir, un
valor de marca que la hace diferente a las de su competencia siendo su objetivo
central vender productos para obtener grandes ganancias y posicionarse como
líder en el mercado. Siendo así que todo anuncio debe hacer una proposición
concreta al consumidor; debe ser tan atractiva que influya sobre la totalidad
del mercado meta del producto.
Si la campaña fue exitosa,
es decir, que el mensaje fue idóneo, sonoro e impactante, memorable, entonces
podemos concluir, que generó “recordación de marca” en el público objetivo o
también denominado target.
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